La red de tranvías de Viena, conocida localmente como "Bim", consta de unos 500 vagones que funcionan en 29 líneas. Los tranvías han formado parte de Viena desde la década de 1840, empezando con tranvías tirados por caballos y evolucionando a tranvías de vapor en 1883, y luego eléctricos en 1897. Ideales para explorar tanto las zonas históricas como las modernas, los tranvías son los favoritos tanto de los lugareños como de los visitantes.